Fernando Pessoa

 

 

Lluvia Oblicua

 

III

 

La gran esfinge de Egipto sueña dentro de este papel...

Escribo, y ella se me aparece a través de mí mismo

transparente

y al borde del papel se yerguen las pirámides...

 

Escribo, me perturba ver que el pico de mi pluma

es el perfil del rey Keops...

De pronto me detengo...

Se oscureció todo... Caigo por un abismo hecho de

tiempo...

Estoy enterrado bajo las pirámides escribiendo versos a

la luz clara de este candelero

y todo Egipto me aplasta desde lo alto a través de los

rasgos que trazo con mi pluma...

Oigo a la Esfinge que se ríe por dentro

del sonido de mi pluma al correr en el papel...

Atraviesa el que yo no pueda verla una mano enorme,

lo barre todo hacia el borde del techo que queda detrás

de mí,

y sobre el papel donde escribo, entre él y la pluma que

escribe

yace el cadáver del rey Keops mirándome con ojos muy

abiertos,

y entre nuestras miradas que se cruzan corre el Nilo

y una alegría de barcos embanderados vaga

en una diagonal difusa

entre yo y lo que pienso...

 

¡Funerales del rey Keops en oro viejo y yo!

 

 

 

 

 

 

Episodios

 

La momia (fragmentos)

 

II

 

 

En la sombra Cleopatra yace muerta.

Llueve.

 

Embanderaron el barco de manera equivocada.

Llueve siempre.

 

¿Para qué miras tú a la ciudad lejana?

Tu alma es la ciudad lejana.

Llueve fríamente.

 

Y en cuanto a la madre que mece en sus brazos a un hijo

muerto,

todos mecemos en nuestros brazos a un hijo muerto.

Llueve, Lueve.

 

La sonrisa triste que sobra a tus labios cansados,

la veo en el gesto con que tus dedos no dejan tus

anillos.

¿por qué llueve?

 

 

 

 

¡Mañana de los otros! ¡Oh sol que das confianza

sólo a quien ya confía!

Y sólo al durmiente, y no a la muerta, la esperanza

que otorga tu día.

 

A quien sueña de día y sueña de noche, sabiendo

todo sueño sin razón,

pero sueña siempre, solo para sentirse viviendo

y tener corazón.

 

A esos irradias sin el día que traes, o solamente

como alguien que viene

por la calle, invisible a nuestra mirada consciente,

por no sernos nadie.

 

 

 

 

 

******************

 

 

 

 

Lejos, bajo la luna,

en el río una vela

serena pasa.

¿Qué es lo que me revela?

 

 

No sé. Pero mi ser

extraño se me hizo,

y sueño sin ver

mis propios sueños.

 

¿Qué angustia me ata?

¿Qué amor no se explica?

Es la vela que pasa

en la noche que queda.

 

 

 

 

 

******************

 

 

 

 

 

Duermo. Si sueño, al despertar no sé

qué cosas yo soñé.

Duermo. Si duermo sin soñar, despierto

en un espacio abierto

que no conozco, porqué desperté

para lo que aún no sé.

Mejor es ni soñar ni no soñar

y nunca despertar.

 

 

 

 

 

Navidad

 

Nace un Dios. Otros mueren. La verdad

ni vino ni se fue: El error cambió.

Tenemos ahora otra eternidad,

y siempre es mejor lo que pasó.

 

Ciega, la Ciencia la inútil gleba labra.

Loca, la Fe vive el sueño de su culto.

Un nuevo dios es solo una palabra.

No lo busques ni creas: todo es oculto.

 

 

 

 

 

******************

 

 

 

 

 

 

En la noche terrible, sustancia natural de todas las

noches.

En la noche de insomnio, sustancia natural de todas mis

noches.

Recuerdo, velando en modorra incómoda.

Recuerdo lo que hice y lo que podía haber hecho en la

vida.

Recuerdo, y una angustia

se derrama por mí como un frío del cuerpo o un miedo,

lo irreparable de mi pasado; ¡ese es el cadáver!

Todos los otras cadáveres quizá sean ilusiones.

Todos los muertos quizá estén vivos en otra parte.

Todos mis propios momentos pasados quizá existan por

ahí,

en la ilusión del espacio y del tiempo.

En la falsedad del devenir.

Perolo que yo no fui, lo que yo no hice, lo que ni

siquiera soñé;

lo que sólo ahora veo que debería haber hecho,

lo que solo ahora claramente veo que debería haber

sido...

Es lo que está muerto mas allá de todos los Dioses.

Eso -y fue al fin lo mejor de mí- es lo que ni los

Dioses hacen vivir.

Si a cierta altura

hubiese doblado hacia la izquierda en lugar de hacia la

derecha;

si a cierta altura

hubiese dicho sí enlugar de no, o no en lugar de sí;

si en cierta conversación

hubiese tenido las frases que sólo ahora, en el

entresueño, elaboro...

Si todo eso hubiese sido así,

sería otro hoy, y tal vez el universo entero

sería llevado insensiblemente a ser otro también.

 

Pero no doblé hacia el lado irreparablemente perdido.

No doblé ni pensé en doblar, y sólo ahora lo percibo;

pero no dije no o no dije sí, y sólo ahora veo lo que no

dije.

Pero las frases que faltó decir en ese momento me

surgen todas,

claras, inevitables, naturales.

La conversación cerrada concluyente,

la materia toda resuelta...

Pero sólo ahora lo que nunca fue, ni será hacia atrás, me

duele.

 

Lo que de veras fallé no tiene ninguna esperanza

en ningún sistema metafísico.

Puede ser que para otro mundo pueda llevar lo que

soñé,

¿Pero podré llevar para otro mundo lo que me olvidé de

soñar?

Esos sí, los sueños por tener, son el cadáver,

lo entierro en mi corazón para siempre, para todo el

tiempo, para todos los universos.

En esta noche donde no duermo, y el sosiego me cerca

como una verdad de la que no participo,

y allá fuera la luna, como la esperanza que no tengo, es

invisible para mí.

 

 

 

 

 

 

******************

 

 

 

 

Todas las cartas de amor son

ridículas.

 

No serían cartas de amor si no fuesen

ridículas.

 

También escribí en mi tiempo cartas de amor,

como las otras,

ridículas.

 

Las cartas de amor, si hay amor,

tienen que ser

ridículas.

 

Pero, al fin,

sólo las criaturas que nunca escribieron

cartas de amor

son

ridículas.

 

Quién me diera en el tiempo en que escribía

sin darme cuenta

cartas de amor

ridículas.

 

La verdad que hoy

mis recuerdos

de esas cartas

son

ridículos.

 

(Todas las palabras esdrújulas,

como los sentimientos esdrújulos,

son naturalmente

ridículos.)

 

 

 

 

 

 

 

Postergación

 

Pasado mañana, sí, sólo pasado mañana...

Me pondré mañana a pensar en pasado mañana,

y así será posible; pero hoy no...

No, hoy nada; hoy no puedo,

la persistencia confusa de mi subjetividad objetiva,

el sueño de mi vida real, intercalado,

el cansancio anticipado e infinito,

un cansancio de mundos para tomar un tranvía...

Esta especie de alma...

Sólo pasado mañana...

Hoy quiero prepararme para pensar en el día siguiente...

El es el decisivo,

tengo ya el plan trazado; pero no, hoy no trazo planes...

Mañana es el día de los planes.

Mañana me sentaré al escritorio para conquistar el

mundo;

pero sólo conquistaré el mundo pasado mañana...

Tengo ganas de llorar,

tengo ganas de llorar mucho de repente de adentro...

No, no quieran saber nada más, es secreto, no lo digo.

Sólo pasado mañana...

Cuando era niño el circo del domingo me divertía toda

la semana.

Hoy sólo me divierte el circo del domingo de toda la

semana de mi infancia...

Pasado mañana seré otro,

Mi vida se hará un triunfo,

todas mis cualidades reales de inteligente, leído y

práctico

serán convocadas por un edicto...

Pero por un edicto de mañana...

Hoy quiero dormir, redactaré mañana...

Por hoy, ¿cuál es el espectáculo que me devolvería la

infancia?

También para que compre las entradas mañana,

porque pasado mañana es cuando está bien el

espectáculo...

Antes no...

Pasado mañana tendré la pose pública que mañana

estudiaré.

Pasado mañana seré finalmente lo que hoy no puedo

nunca ser.

Sólo pasado mañana...

Tengo sueño como el frío de un perro vagabundo.

Tengo mucho sueño,

mañana te diré las palabras, o pasado mañana...

Sí, tal vez solo pasado mañana...

 

El porvenir...

Sí, el porvenir...

 

 

 

 

 

 

Aniversario

 

En el tiempo en que festejaban mi cumpleaños,

yo era felíz y nadie estaba muerto,

en la casa antígua, hasta el que cumpliera años era una

tradición de hace siglos,

y la alegría de todos, y la mía, eran cierta como

cualquier religión.

En el tiempo en que festejaban mi cumpleaños,

yo tenía la gran salud de no darme cuenta de nada,

de ser inteligente para la familia,

y de no tener las esperanzas que los otros tenían en mí.

Cuando tuve esperanzas, ya no sabía tener esperanzas.

Cuando miré hacia la vida, había perdido el sentido de

la vida.

Sí, lo que fui de supuesto para mí mismo,

lo que fui de corazón y parentesco,

lo que fui de veladas provincianas,

lo que fui de amarme y ser yo niño,

lo que fui -¡Ay Dios mío!, lo que sólo ahora sé que

fui...

¡A qué distancia!...

(Ni lo encuentro...)

¡El tiempo en que festejaban mi cumpeaños!

Lo que soy ahora es como la humedad en el corredor del

fondo de la casa,

germinando en las paredes...

Lo que soy ahora (y la casa de los que me amaron

tiembla a través de mis lágrimas),

lo que soy ahora es haber vendido la casa,

es haber muerto todos,

es estar yo sobreviviente de mí mismo como un fósforo

frío...

 

En el tiempo en que festejaban mi cumpleaños...

¡Qué mi amor, como una persona, tuviese tiempo!

Deseo físico del alma de encontrarse allí otra vez,

por un viaje metafísico y carnal,

como una dualidad de yo hacia mí...

¡Comer el pasado como pan de hambre, sin tiempo de

manteca en los dientes!

 

Lo veo todo otra vez con una nitidez que me ciega para

lo que hay aquí...

La mesa puesta con mas lugares, con mejores dibujos en

la loza, con más copas,

el aparador con muchas cosas -dulces, frutas, el resto

de la sombra debajo del alzado-,

las tías viejas, los primos diferentes, y todo era por mi

causa,

en el tiempo en que festejaban mi cumpeaños...

 

¡Detente, corazón mío!

¡No pienses! ¡Deja el pensar en la cabeza!

¡Oh Dios mío, Dios mío, Dios mío!

Hoy no cumplo años.

Duro.

Se me suman los días.

Seré viejo cuando lo sea.

Nada más.

¡Qué rabia no haber traído el pasado robado en el

bolsillo!...

 

¡El tiempo en que festejaban mi cumpleaños!...

 

 

 

                                                           

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